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domingo, 30 de diciembre de 2018

Dieciséis versos

Para Pablo

Te quiero regalar dieciséis versos
para decir que tienes paisajes en los ojos
y un racimo de viento guardado en los bolsillos.

Que llevas en el alma lo sensible
del ruido infatigable de unas alas,
el amor más exacto
y un mundo inmaculado de verdades.

Que la profundidad se asoma en tu mirada
cuando tu limpio corazón se extiende,
con el asombro intacto y la belleza
de un sueño que denota su blancura.

Y que viajas en trenes de silencio
para bajarte allí donde la vida es un beso futuro.

Dieciséis versos son palabras diminutas
para decir el fondo 
de lo que tienes dentro.

miércoles, 25 de abril de 2018

Veinte años

Para Laura

La vida se resume en veinte años,
habita en tu mirada,
baila sobre tus pies,
existe porque existes.

Contigo todo es fácil,
desdoblas las esquinas,
alumbras los proyectos,
estás en la alegría de las cosas
y llevas margaritas en el alma.

Decir felicidad es pronunciarte,
saberme de memoria tu sonrisa,
besarte cada duda,
abrigar tus inviernos,
curarte la tristeza si te caes.

Existo porque existes,
porque eres el olor a tierra fresca,
las alas de la luz,
porque construyes puentes
y escribes libertad en sus barandas.

Porque tu corazón es el camino
que recorro a tu lado.

No olvides que tus sueños son mi meta.

domingo, 22 de abril de 2018

Descorazonarme

No consigo salir del corazón
y ya no tengo fuerzas.

Me mata su vaivén de pétalos y púas,
su esperanza suicida,
su blanca valentía vulnerable.

Se alejan las señales de la luz
y me asustan las sombras del olvido,
pero estoy tan cansada,

tanto,

que siento que mis huesos son de sangre
y ya no puedo dar un paso más.

Está triste el latido 
y está triste el silencio,
y no hay nadie que diga una palabra.

No sé cómo escapar del corazón,
se me ha caído encima una vez más
y pesa demasiado su inocencia.

lunes, 29 de enero de 2018

A contracorriente

Te dirán que me fui
a enterrar al amor bajo los sauces,
a vestirme de agosto,
a ensanchar tu distancia.

Que afilé los colmillos del olvido
y quemé en una hoguera las preguntas

y la desolación

como cualquier lunática que baila
alrededor del fuego donde arden las ausencias.

Pero no me conocen.

No saben de qué forma 
me despido sin irme
ni en qué nube deshago las maletas
cuando la soledad tiene overbooking.

No imaginan que quise prolongarte,
que guardé cada pieza del puzzle desarmado,
que congelé los puntos de partida,
que nunca renuncié a los quizás.

No saben que conservo
tu voz en el futuro.