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sábado, 9 de diciembre de 2017

Cero

Últimamente estoy
en el centro de un cero.

Con su forma de elipse,
con su ausencia perfecta de equipaje,
de calles, de quimeras, de porqués.

Aquí todo es vacío y no me importa,
me sienta bien flotar en su líquido amniótico.

No sé si en algún lado,
por detrás de sus límites,
me espera un uno inquieto
o números con signo negativo.

Puede ser.
Pero el cero no piensa.
El cero desconoce lo posible.

No me acerco a sus bordes.
Aquí me siento a salvo.

martes, 21 de noviembre de 2017

Hoy, déjame regalarte

Hoy voy a regalarte una canción,
igual que aquella vez
hace ya tanto otoño.

Y voy a regalarte
la mirada primera,
la avalancha de piel,
el calor del oxígeno,
la sonrisa en las ingles.

Un recuerdo de abril,
la luz de un cigarrillo en el balcón,
los lunes impacientes,
la llegada de un tren a medio día.

Y una tarde de cine,
y un bocado de sushi,        
y un selfie en fin de año,
y un “te pienso” en el móvil,
y un lazo de meñiques.

Hoy voy a regalarte un todavía,
igual que aquella vez
hace ya tanto otoño.

domingo, 5 de noviembre de 2017

Con un solo gesto

A veces un instante
puede encender la luz 
de las noches del tiempo.

abrir las cerraduras imposibles,
y sacarnos del pecho cada bala,
y hacernos caminar
llenándonos de ceros los zapatos.

A veces simplemente un solo gesto
atraviesa de golpe los añicos,
se salta los paréntesis oscuros
y nos pone delante de un viaje de regreso.

Y de pronto se esfuma la sal acumulada
y todo es tan exacto como un beso
y vuelan primaveras por el vientre.

A veces un instante es un tsunami
que llega y nos coloca mirando al mismo mar
sobre una nueva orilla.

jueves, 28 de septiembre de 2017

Nostalgia

La nostalgia
se desliza en mis hombros sin permiso,
casi como una seda paulatina
que tiñe de colores agridulces
el uniforme gris de la cautela.

A lo lejos escucho cómo hablabas
de aquel vestido rojo
que ceñía la piel de los instintos
y que nunca llegaste a regalarme
porque entonces las horas abarcaban promesas
y el tiempo era una prórroga infinita.

Tengo un beso de lluvia en la memoria
en esta noche ocre
y poco a poco empiezan a borrarse
los suicidios del alma.

A lo lejos la arena huele a hierba.

Sacudo las cenizas del letargo
y abro por fin los ojos, imprudente,
para mirar de cerca a la añoranza.

La miro y lleva puesto aquel vestido rojo
El que nunca llegaste a regalarme.

jueves, 31 de agosto de 2017

Tristeza

Ella nunca se va,
aguarda agazapada en una letanía
de peldaños que incitan al descenso.

Me conoce, y también yo la conozco,
ya estuvo en mi penumbra
más de un siglo de veces.

Yo sé que volverá, pero esta vez
no será fácil que me quede al fondo
de su mar lacerante.

Primero
tendrá que pelear contra una guardia
de Lázaros en pie.

Creencias

Creía que venías exacto cada tarde
a mirarme un instante entre la niebla
a quitarle la vida a los olvidos.

Que alterabas el orden de los años
y volvías a mí 
con la puntualidad de la nostalgia
a hacerle un boca a boca a la desidia.

Creía que esos gestos nos salvaban.

Pero ahora no andan los relojes,
seguramente
porque tan sólo yo les daba cuerda.

Ya ves que siempre caigo en cada trampa
que la imaginación me pone.

Me equivoqué al creer que la casualidad
era un olor a mariposas dulces
entrando en mi ventana unos segundos.

Ya ves,
volvió a perder un pulso la inocencia.

Y ahora la verdad es un lugar inhóspito.

lunes, 28 de agosto de 2017

Apatía

A veces no soy yo,
cuando la soledad se vuelve perezosa
y el cansancio no avisa,

cuando escribir no duele
ni se rompe el espejo en mil palabras
y una calma desierta se instala en los instantes,

y la vida bosteza
y me esconde alicientes y me oculta motivos
y apenas si me mira
y no me piensa.

A veces no soy yo,
lo sé cuando no puedo sentir nada
y escribo con la inercia de los actos reflejos,

con la tinta sin voz, vacía-mente,

cuando soy otra simple
mortal que ya está muerta.

lunes, 19 de junio de 2017

Recuerdo

Aunque nunca lo sepas
me dueles suavemente
como un sueño estancado, una utopía
o un sinfín de paréntesis en blanco.

Nunca te irás del todo
del espacio difuso donde vagan las cosas
que escapan del olvido.

Sobrevives ahí
como una isla ingrávida y constante
moviéndose despacio en el destiempo.

Te asomas y te escondes
igual que un verso a punto de escribirse

y dueles dulcemente

como un golpe de aire,
como un hielo en la frente del verano.

Aunque tú no lo sepas,
nunca te irás del todo,

me aprendí de memoria tus incendios
y también tus cenizas.

domingo, 11 de junio de 2017

Cobardía

Por no matarle a él
eres tú quien se muere

despacio

mirando hacia otra parte
donde una rosa seca susurra que está viva
detrás de la nostalgia.

Tú querías lavarte las tristezas
y su voz era un cántaro.

No viste que la sed es otra cosa.

Si tan sólo apretaras el gatillo 
y soltaras la bala del adiós,
si pudieras matarle,

hundir en su ilusión la estaca de tu huida,
desbaratar su fe,
cortar la yugular de su presente. 

Si pudieras vivir.

Pero se han agotado hasta los charcos
y ya no hay agua donde ahogar las culpas.

Por no romperle a él te estás haciendo añicos.

lunes, 1 de mayo de 2017

Espejismos

A veces imagino que me buscas
en todos los andenes
con un ramo de rosas en los ojos
y un nido de comienzos gestándose en tu boca.

Y recorro los mapas del destierro
como si no supiese
que hace ya mucho tiempo que dejé de viajar
en tu tren del futuro.

Y pienso que me esperas cada noche
recostado en tu almohada
como un adolescente que no sabe
qué hacer con las distancias de la vida.

No sé por qué lo hago,
por qué insiste mi frente en la resurrección.

Supongo que prefiero disfrazarte de Ulises
a pensar que vendrías
con un kalashnikov en las palabras
dispuesto a rematarme.

A veces imagino que me buscas
como si no supiese 
que hace ya mucho tiempo que estoy muerta.

jueves, 6 de abril de 2017

Poema invisible

Escribo en el desierto donde nunca me lees
y hace frío en tus ojos.

Se perderá mi voz una vez más
en un viejo poema vagabundo.

Qué absurda vocación la de mis dedos
pronunciando palabras que se mueren
en versos ignorados.

Escribo con la fe imperceptible
de quien se sabe solo.

A veces un poema es un disparo al aire
en medio de una isla
a la que nadie viaja.

domingo, 2 de abril de 2017

Poema corto

Somos como las cosas que suceden
aunque nunca sucedan.

Un poema perdido en el espacio,
palabras que no aprenden a volar,

esa estrella fugaz que nadie ve,
o el vacío que une dos líneas paralelas.

Pero la soledad soy yo y tú a lo lejos
y también lo contrario.

No sé cómo explicar que estamos solos
respirando al unísono un pedazo de aire 
que nos mantenga el pulso.

Que sé que nos sabemos,
que sabes que existimos.

Somos lo que sucede mientras la vida pasa.

viernes, 10 de marzo de 2017

Deseos

Me pides que te cuente mis deseos
y yo quiero volver a la inocencia,
cuando la soledad era un columpio
y el vértigo era un monstruo inexistente.

Deseo mariposas
que salgan de mi sangre
y se queden volando alrededor
como blancos soldados invencibles.

Y respirar sin humo
y encontrarme detrás de los disfraces
y no sentir el frío si desnudo utopías
y silenciar alertas

y ser de hierba si el amor me huele.

Deseo caminar sobre anchos equilibrios,
aquietar el temblor de las pequeñas llamas
que apenas iluminan
cuando el miedo oscurece transparencias.

Y una ventana virgen
y un campo de calor
y un libro que me escriba domingos en los párpados.

Y un beso que no llore por la sed.

Y quiero ser de luz en la mirada
de aquel que sepa verme
allí donde se mueren los deseos.

martes, 28 de febrero de 2017

Rematando mínimos



Malú (Deshazte de mí)

Rematando mínimos

Nada podía ser lo que esperaba,
sembré mis flores en jardines falsos
donde sólo crecía la simpleza
y tú eras un dios en miniatura
que hurgaba en mi mitad más vulnerable
porque jamás supiste mi otro nombre
ni se posó en mi sombra una candela.

No entendiste que estaba casi rota
ni que la mansedumbre en mis rodillas
era la firma de una entrega intacta.

Proseguías clavando oscuridades,
mordiéndome el dolor 
y moldeabas mi ceguera, hábil,
mirándome a tu antojo,
sin verme la tristeza que estabas fabricando.

Ayer abrí los ojos y te cerré las puertas,
ayer te vi superfluo, intrascendente,
repleto de más nada que la nada.

Y ahora es imposible hallar ningún pedazo
de la fragilidad que me quebró,
ya todo el corazón ha dado un giro
en este nuevo día en que no soy
más que la fuerza exacta que desata 
tu extrema cobardía.

lunes, 20 de febrero de 2017

Yo no sé si fue amor

Yo no sé si fue amor o fue tan sólo
el préstamo de un hilo de su luz.
Ni sé si aquellos pájaros
que alargaban sus alas por mi sangre
anclaron en mis vértebras su saliva de plumas
o eran gotas de efímeros hechizos.
Quizás nunca fue amor, pero creí
que era su palabra
quien dictaba los pasos de aquel puente
obstinado en seguirme a todas partes.
Podría ser
que el calambre sublime de sus dedos
transitara en un vientre improvisado
y que nunca gestaran sus principios.
Y es posible que fuera silencioso
su ruido atronador entre mis sienes,
o que la anchura de su lengua hurtara
verdades a los labios.
Yo no sé si era amor.
Pero sé que podría dibujar
su voz en las paredes del silencio.
Y que puede mi nuca abrir las piernas
y dejar escapar a la razón
si presiento su nombre.
Yo no sé si fue amor, pero en mí permanece como un grito
su olor a soldadura.

lunes, 6 de febrero de 2017

Certezas

De qué sirve soltar manadas de luciérnagas
en corazones ciegos
o perseguir veranos en lugares
donde siempre es noviembre.

No seguiré intentando que las piedras respiren.

Me guardaré la luz como un secreto
que consiga apartarme de los puños
de las luchas inútiles.

No daré un paso más hacia la espera,
ni seré el asidero
de quien no quiera prolongar inicios,
de quien no sepa caminar descalzo.

De qué sirve llover en las estatuas,
de qué sirve pintar de rojo el aire,
de qué sirve el esfuerzo
por traspasar el hierro de las dudas.

Todo es lo que parece
y empieza a ser muy tarde
para encontrar motivos que me anuden
a puertos imprecisos.

No seguiré inventándome que hay verdades posibles 
en lo incierto.

jueves, 26 de enero de 2017

Contradicciones

Hay veces que no quiero nada más 
que poder comprender 
las simples líneas rectas. 

Suele ocurrirme cuando ando perdida
y busco atajos en alguna nube 
de esas inasibles con los ojos. 

O cuando transitar es una inmensa duda,
una bifurcación que se me enreda dentro
y parece llevarme a la derrota.

Quisiera caminar sin pretender volar,
conseguir eludir mi dosis de utopía,
y anestesiarme
mecida en el reloj del conformismo
con su flecha apuntando hacia la nada.

No pisar las orillas del dolor,
no mirar a los lados esperando a los sueños,
no vestir claroscuros,
ser incolora.

Hay quien dice que es fácil.

Pero a mí
me cuestan demasiado los trayectos
donde no existen los matices dulces
ni soplan vendavales de inquietud
o me empapan las aguas de un río repentino.

Así que es extraño,
debo ser muy distinta a tantos otros,
no puedo comprender 
las simples líneas rectas.

viernes, 13 de enero de 2017

Blanco sobre negro

No es que me rindiera,
es que dejé de rastrear residuos
y de arañar los límites de todas las derrotas
para encontrar la única mentira
capaz de revivirme.

La buscaba y buscaba hasta el exceso,
como quien busca un salvavidas mísero
para alejar ahogos insistentes.

Y me aferraba a su alimento insano,
a sus dientes de alivio,
al placer de su estúpida angostura.

No es que me cansara
de dibujar trayectos en mapas invisibles
y encajonar mi sombra
en vagones poblados de trenes sin retorno,
convirtiendo en costumbre
respirar el engaño de un invierno sin norte.

Es que aquel paraíso poseía
demasiadas serpientes y muy pocas manzanas.

No es que decidiera dejar de ser la necia
heroína de un cuento agonizante, 

es sólo que aprendí que era inútil morir
donde yo ya no estaba.